viernes, 17 de junio de 2011

Uno de los miedos más grandes que tenia en mi vida era perder mi cuarto, pero esa ya no es mi casa, la casa que olía a azúcar dulce,  siempre estaba en las sombras, donde se escuchaba la música de antaño, había libros apilados en las esquinas, gatos acurrucados en el piso, dos ancianos. El sentado frente a una maquina vieja, con las teclas rotas, negra, que solo pintaba de su mundo  tinta roja sobre esas ideas que desaparecieron el día de su muerte. Ella rodeada de felinos,  comida salada,  un perico que dejo de existir entre los gritos y la idea de no me olvides. Esa ya no es mi casa, ni siquiera huele igual, no tiene esa composición  de locura con la que solía crecer, esa que me  me hacia cantar baladas oscuras sobre los seres que pintaban desnudos mi necesidad de volar entres especies y mi imagen de mi misma. Ahí vivió mi pata, mi gato de la infancia, los discos de acetatos, las navidades dulces, el pastel quemado y crudo, el mole de olla, el café oscuro, el caldo de pollo y  solía vivir ahí  Cuando las cosas se descomponían sabia que podía esconder mi cabeza en la  empolvado cuevita humeda, que no permitía que la luz destruye-llera a los grillos que  miraban mi risa o mi tristeza, el corazón de Jesús que era de  ella, el que rompieron tontamente porque la biblia lo decía, el baúl secreto que tenia fotos de aviones, niños  tristes, tantas monedas viejas que me gustaría tener para construir un cubo de metal, los recuerdos míos, la fantasía de que era mi selva secreta, mi mundo secreto de pasadizos y sueños, de ahí huía del mundo, pero ahora ya no es mio.
De ahí surge mi tristeza, ahora vivo en mundo prestado, no tengo cama, sino un sofá que me acompaña en mis noches de insomnio cuando menos quiero dormir y escribir mas, ser como el maquinista que pasaba días y días construyendo imágenes para convertirlos en sueños, un tele para acallar mis pensamientos  destructivos, yo no se como paso eso. Pero es como un nuevo comienzo, el seguir sola en busca de un nuevo lugar mio, mi destino es estar sola, quizás porque yo lo propicio, me cierro y me escondo, pero de algún modo me canse de que me abandonen todo el tiempo, que decidí abandonar antes yo. No es malo ni es bueno solo es mi modo de vivir.
Pense que este año seria diferente lleno de aventuras y sueños cumplidos, pero no fue asi. Aunque aun no acaba

viernes, 3 de junio de 2011

Te diree

 Mañana cumplo años, tendré 25 años,  Tengo un grito ahogado, un sueño roto, un suicido postergado,  un mundo hecho trozos y un gallina en vez de pato.  Sigo teniendo pesadillas, pero eso desde que tenia 6 años. Me ilusionan los inicios y los finales. Tengo una tesis a medias, un libro de cuentos empezados, solo sé tocar cumbias, danzones y un ritmo que se usa en los sones, no muy bien, pero si no lo pienso lo puedo reproducir con sentido.  Tuve una herida, un hueso roto, una existencia escurridiza, un sueño viejo, un dolor de pie,  una idea que se me rasga dentro, pensamientos destructivos, imaginación, tengo complicidad con mis batallas por dispararales a los hombre que visten de traje y comen maíz en la sala de mi casa, un viaje pendiente, todo un mundo posible que construir, un escrito tatuado en mis ojos de contemplación, no tengo amargues, ni baja autoestima aunque ahora no me siento cómoda con mi espíritu guerrero de trampas azules, una bici propia la mía es de la comunidad de mi casa, un extraño que contemple mis ciudades o la invisibilidad de mis sentires. No quiero flores, ni que me digan que piense positivo, condescendencia. Tengo hambre  de situaciones, de complejos misterios, de contradicciones, de conflicto, de situaciones, de luz y calor, de todo eso que esta alla fuera en forma de vida,  en forma de materia o de construcción de un pensamiento o una mente asustada o aburrida, de rituales, viajes, música, poesía mal hecha.  Lo que sé que por primera vez no fui yo quien lo hecho perder, no fui quien se saboteo, sino que fui saboteada. Espero acabar con todo lo que tengo pendiente en carpetas de un mundo cibernetico, de algún modo quisiera poder tocarlas, poder seguir con eso de caminar despacio en un mundo donde me gusta estar, sola en mi imaginación.