jueves, 7 de junio de 2012

El otro día pensaba en mi cuenta falsa de facebook, el anonimato me da cierta libertad de publicar cosas, se ha convertido en lo que solía ser esta cuenta  cuando en mis datos decía que mi nombre era kiwi,  una mujer agricultora de Afganistán,  no tenia rostro era una masa  llena de letras que mostraban partes de su ser o no, que escupía,  sentía toda la densidad y la pasión en lo que decía, la tristeza, el amor propio y todas esas cosas que día a día iba pensando mientas recorría la cuidad, era un modo de desnudarme  sin sentir la mirada, toda la ficción, sé que no soy la única que lo hace, esta cuenta donde escribo como fantasma esta llena de personas que tiene otra identidad ajena a la suya, un nombre, una historia y muchas veces son personajes no sé si de ellos mismos,  tienen pensamientos positivos la mayor parte del tiempo,  aunque también no inundo mi mundo de una miel ficticia  con tal de encajar, creo que esto se debe a que socialmente no es aceptable decir me siento triste, o tengo ganas de suicidarme, o  no me siento feliz, desconozco  a que se deba eso, no creo que podamos  estar felices todo el tiempo,  las emociones se mueven, cambian, muestran diferentes facetas de nosotros mismo,  aveces no estoy,  me escondo, grito, me rió,  siento, lloro, sonrió o soy increíblemente destructiva y también  busco tener una vida sana mental y  físicamente, pero no concibo esa dulzura eterna por el mundo y menos cuando por dentro se están rompiendo.

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