jueves, 23 de octubre de 2008


No quería saber que paso en mi cabeza, solo sé que mi mirada huyo entre mis labios, y mi conciencia se comió a una cereza y una almendra, las matemáticas siempre me han odiado, pero en ellas hay algo que encontré, un rastro de magia de saliva, un rastro de segundo y cuadratura de cominos en el aire, de silencios y descubrimientos de la realidad, esos ojos tuyos no siempre fueron lejanos

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