sábado, 25 de octubre de 2008


me duelen los ojos, están como hinchaditos y ruidosos ante el clima, siento un poco la severidad de la nostalgia y la insospechada ironía de la fragancias de la muerte, a una semana del día más extraño de mi vida, siempre sentí predicción por este tipo de épocas, por las heridas y las costumbres,  el ritual que sabia a dulce y misterio,  el humor que me hacia ser como un hombre de misterio como el individuo que nace de la carne y la tierra, siempre me sentí llena de dualidades, de memorias, de incertidumbre de algo así como la flor del color naranjo.
Ese día la vida se volvió azul y violeta, las mentiras son hicieron participes del silencio y la idea de destino se intensifico de una manera ruda, porque nos volvimos juguetes del misterio y desde  entonces la percepción se ha roto y yo no entiendo de realidad.

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