domingo, 13 de diciembre de 2009




La contemplación es un acto cargado de sonrisas y llanto universalmente opaca, ruidos extraños y miradas ajenas se cruzan en las plazas del último rincón del universo. Estuvo soñando con fantasmas y funerales, mariposas y lagartijas que no tenían cabeza, a veces me pregunto si los sueños tendrán algún significado en nuestras vidas o solo eran el pasatiempo de nuestras neuronas que cuando se acaba la actividad física se aburren y juegan a construir mundos en nuestra cabeza, para crearnos confusión que nos hace sonreír mientras dormimos, forrados de sueños y recuerdos dorados.

Recuerdos de quien fuimos, solo pequeños roedores animalistas y miméticos en un universo que no nos pertenece, solo nos queda el recuerdo de los tiempos que no conocíamos a las habitantes de nuestro cuerpo, cuando no sabíamos que existían las bacterias que les gustaba de pronto hacer fiesta infecciosas en nuestro cuerpo, solo nos queda imaginar que ella tienen aprecio por el cuerpo que les da vida. Ellas que juegan a crear enfermedades raras en cada paladar, bello o sutura de nuestra estructura genética, ellas que no poseen cuerpo físico, pero tienen esencia de ser desastroso invasor de la naturaleza humana. Me gustaría pensar que soy otro tipo de bacteria en este mundo/cuerpo de tierra y sangre.


A mí me gusta pensar que las bacterias y las neuronas tienen un extraño juego: destruir mi percepción cuando no tengo certeza de quien soy o donde estoy.
Me gusta pensar que así son los sueños.

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