miércoles, 28 de abril de 2010

Se fueron los girasoles

La metáfora de los girasoles, el hambre me rompió de nuevo, el ruido me movió, el circulo no se cierra, ya no quiero contemplar tu muerte dentro de mi cerebro, mi mente sólo contempla los segundo que le siguen, solo te recuerdo muerto, me parte pensarte e imaginarte, me molesta que me hablen de ti, te veo cada vez que duermo, por tal razón he evitado cualquier contacto con el mundo de los sueños, ahora vivo contemplando el insomnio, ya no sé qué pasa con las ilusiones, no recuerdo, sé me olvido tu rostro, donde está el aire, no recuerdo de que color son tus labios, o si tenías lunares, ya no recuerdo tu voz ni tu risa, me estremezco pensado a qué sabe no sentir, a qué sabe perder el frió del tiempo, si aún respiraras detendrías mi pensamiento, me duele la peripecia del adiós, me percato que ya no importa, se me perdió mi pedacito de humo, cada noche despierto con la misma mirada de aquella noche, ni quiera te puede decir que te odiaba por hacer presenciar el fin, soy frágil, soy de polvo al mismo modo que se partían las las yemas de la mano, sigo teniendo hongos cada vez que me pongo nerviosa, cada vez que la música deja de ser lenta, de ser opaca, que puedo decir, no lo he superado, creo que nunca lo haré siempre me acordare de febrero y abril, de las girasoles, del mudo, del lobo, de las drogas, del motivo de odio hacia el mundo peculiar, el mundo de páramos azules, el mundo de no me importa, jamas te perdí, pero ahora tengo rota las emociones, me rompe pensar, no quiero que me importe,
aún me duele la luz del frió, perdí dos veces, aunque no fue lo mismo, pero si el recuerdo: tengo miedo, pero esta vez no incluye el recuerdo de los hospitales o los conventos hechos en series, pero me corrompí en sueño de ser o no estar, la fuente de la inocencia.
Ya no importa, si te vas, me voy, si te fuiste es que ya no existo, ni aquí, ni la ilusión, ya no escucho, ya no...

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