sábado, 27 de diciembre de 2008

El final se volvió disperso, se acaba otro año, este fue diferente a todos los anteriores, yo lo veo como la descontruccion de mi ser, aquel callado y ambiguo material con carga de nostalgia, obsesionado por la soledad, para encontrarme con aquel que admira los instante y recuerda los fluidos con dulzura, aquel personaje que se irió con la fuerza del destino y lastimo con la ironía del aire, aquel que perdió su masa corporal y la sensación de cuidado, aquel que dejo de ser opaco para volverse azul de emociones, y que tiene un moretón del tamaño del adiós, dono su sangre al silencio para que este se hiciera morado, ya no sabe que pasa, ni entiende que siente, solo recuerda que el aire es tan transparente como su mirada que no mira sino que se ausenta con el suspiro de lo salado.

Pero, la bruma del sabor de la ansiedad, de la mirada que no retuerce el equilibrio entre sus componentes humanos, esa sangre y esa bacteria de memorias que le aplastan las ilusiones y le recuerda que la realidad es un bálsamo de situaciones que no siempre hace sonreír sino que a veces nos hacen callar.

Hoy es tiempo de callar las obseciones y el dolor fantasmal del pasado, es tiempo de quebrantar las leyes de la física y la realidad para crear el recoveco de lo insospechado, para crear la ausencia de la carencia de la imaginacion, es el momento de enfrentar el dragón y la ruptura de la emociones, es el momento de partir del interior...

o sabe, solo hay que seguir en la búsqueda del recuerdo de la mirada silenciosa

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