miércoles, 24 de marzo de 2010

Manejo la bicicleta como ciega, casi conozco los detalles de las calles que recorro, sé donde hay una fisura en el pavimento, donde hay una hoyo, un bache, un tope, donde hay raíces de arboles, puedo confiar que si cierro los ojos podre sentir con más sentido, a veces pienso que me preparo para ese estado, el no percibí la realidad con mis pupilas sino con mi cuerpo, quizás porque me puede pasar, no me gustaría ser ciega.
Pero sé que la ceges no es un impedimento para vivir, solo vives de otro modo, en otro estado y con un sentido que no tiene nada que ver con la realidad de los ojos, sino la realidad del sentido, es como tocar un grabado del mundo, un mundo hecho cuadros, rectángulos, sentir la calidez del color, el amarillo me da hambre, el morado me gusta me hace sentir feliz, el gris me conduce a la monotonía de un sueño sin sentido, el ruido se siente de forma que se respira, el mundo de cartón las lineas del viento, el sabor de la noche, la fragancia del extraño, el recuerdo de la mirada y las ganas de no perder

y LO OTRO

De algún modo me las ingeniado para sentir con todo mi cuerpo, las ondas, las vibraciones, los colores, mirar colores en el aire, confundir los tonos y las texturas son las que me hacen comprender que estoy parada en mundo de concreto, en mundo azul, , en mundo donde los colores se desprende de mi mente, yo quería ver colores de nuevo, como aquella vez que estuve en un túnel de colores, donde vi imagenes de mi misma, aunque desmallarse es así, después quedas con la sensaciones de que te quedaste en otro mundo,

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