martes, 15 de junio de 2010

Esa noche decidí desaparecer

Me siento culpable escribiendo cuentos, la paz ya no me reconforta, el mundo de especie, astronautas, espejos, viejos, niños, moribundos, fantasmas, sensaciones amorfas, espermatozoides, experiencias moradas, hombre sin rostros, dioses, cocodrilos, gatos y cosas, se esfuma entre mis manos, veo desparecer el color de mi miradas, el brillo de mi piel, la humedad de mis sentidos, el grito de mi interior, la rabia de mis pensamientos, la vida de mi cuerpo, esa fragilidad de persona, esas ganas de sentir, de absorber el aire, de quedarme en el limbo, en otra realidad, mi propio fractal, el recoveco que es mi cuerpo, donde sólo yo estoy, mi mundo de dolor, miedo, reconcor, felicidad, gatos, bicicletas, letras, perfumes, esencias, imagenes, realidades, electricidad, de palabras, no es que piense que es malo escribir, sólo pasa que decidí hacer mi tesis mi prioridad, eso implicaba dejar de lado un poco, mis vicios, gustos, talleres, clases, todas esas cosas que a mi me gustaban hacer, para utilizar el tiempo, supuestamente productivamente, pero pasa que desde que no escribo como antes me hace falta algo, es como sí me fuera matando lentamente, como si lo que soy se fuera perdiendo en nube de densidad, siento que sangre se esfuma de mis hueos, que mi sentido de la vida desaparece, que me alejo de lo que soy para convertirme en la sombra de algo que no tiene forma y camina como una marioneta, que bebe juego de naranja y avena para perderse en una cotidianidad que no le pertenece, siento que suicido con un arma mas poderosa, por que no muero solo me quedo sin vida, esa vida de no humano, estoy perdiendo mi humanidad, esa parte que me hace experimentar y buscar el modo de sonreír aunque por dentro se me caigan las células, aunque por dentro solo quiera gritar que ya no tengo miedo, no pense que quitarme un rato la escritura fuera como quitarme el aire, me siento como le sucedió a mi papá una vez, cuando era niño él era surdo y las monjas a la escuela donde el asistía le amarraban la mano para que escribiera con la derecha, eso provoco que su cuerpo comenzara en retroseso, que fuera en reversa, así me siento, que voy hacia traz, que continuamente tengo insomnio, no sueño, no vivo, no existo.

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