lunes, 19 de julio de 2010

20 Razones antes de suicidarme


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Cuando despierto en mi cajita de uranio me encuentro con la lluvia que se cruza con el pensamiento, si muero hoy podría gritar que deje el viento en la piel de una ave, dice que si contemplo lo suficiente puedo encontrar el mundo que me evade, me gustaría llevarme en la muerte una manzana y un colibrí, la imagen de los girasoles, un mango y las semillas de arboles grande, si me suicidara hoy no podría llevarme las esencias ni el ruido del mundo.
El azufre me llena de insomnio, puedo pensar que estoy dentro de un cuadro de salvajismo, de historiadores, me gusta pensar que tengo suficientes recuerdos como para intercambiarlos entre los muertos que detendrán mi aliento, mi respiración y esa sonrisa que pienso tener el día de mi muerte. Pero faltan emociones que no he contemplado, situaciones que debo sentir, que sentirá tener un ser dentro, a que olerá su sangre en mi sangre, si me quedo sola como será contemplar el amanecer, si mi voz interior se pelea con mis ideas con quien platicaré.
Quiero ser la mujer que tiene recuerdos de un hombre que plasmo su epitafio en la mirada de cobre, me recuerdan la nostalgia de mi mundo, ahora ya no necesito aspirinas ni pastillas de menta, no necesito razones para morir, y menos para ahogarme en un pasatiempo de olvidados, me pone triste las circunstancia y las ironías, no necesito morir de insomnio, ni amor, de locura, de ansiedad, no necesito vivir para morir.
Esa noche conspiraba con la fragilidad de mi vida, que por momento parece detenerme en abismos, si me tiro de una escalera caeré con el mismo impulso de vivir, será proporcional al impulso de morir, me imagino cayendo de la joya, del rió, de la cuidad, de la fragancia, no quiero tener el tirador perfecto, sé que si caigo nadie encontraría mi cuerpo por ser el fantasma que se oculto del mundo, quiero morir, pero antes quiero vivir, quiero conocer el mundo de los sueños, a badag, el camino del viento, el Tíbet, los ríos, las murallas, los cementerios, las tumbas, los ríos, Japón, Alemania, los pingüinos que viven en la antártica porque los zoológicos me ponen triste, leer libros, encontrar el dolor en donde respiro, quiero solo ser un humano con lo que conlleva tener esperanza y sueños

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