lunes, 25 de octubre de 2010


Nunca conocí personalmente a dios, solo supe de él por su nombre y a veces por las historias que me contaba la vida de  él,  Nunca sentí amor por los hombres de mirada siniestra y pensamientos oscuros, pero si pasaba el tiempo con ellos mientras nuestras  soledades se fundían en los pavimentos de las carreteras,  a veces pintamos con el gris del piso las ranuras de nuestro rostro, esas sensaciones que se imprimían en nuestra conciencia, a veces gritábamos porque  nos corrompieron, aún cuando existen la  dulce  hierva del pasto y los girasoles creíamos con todo nuestro ser que el dos de noviembre nunca volvería.
         A veces rayamos en las libretas historias sobre genios y espantapájaros, escribimos con nuestra mano izquierda,  bailamos con nuestros dedos porque el ruido y la música la sentíamos uniforme, no se nos olvidará jamas cuando vimos pasar un millón de esclavos que guardaban ovejas en sus bolsas y miradas en los labios, nunca aprendimos a conducir o armar una pagina web. y Cuando creíamos que seriamos inducidos por extraterrestre descubrimos que solo era una bola de fuego en el aire. 
        Nuestra buena onda por la vida la confundían con pasividad y flojera, por eso dudaban de nuestra inteligencia,  que pasáramos hora y horas viendo el aire que nos contemplaba por ratos solo era parte del sistema de vida, la competición no la llevamos en el alma solo la nostalgia de saber que pronto dejaremos el mundo del viento, no quisimos que nos vieran llorar porque eso sonreímos hasta el ultimo momento, recuerdas cuando nuestra risa se volvió de polvo, el sonido que experimentamos fue hueco  hasta que un día  el muchacho que estaba  igual de confundido que nosotros se rió de nuestra experiencia de querer jugar con el viento.   
     Después vino la calma, ahí me quede yo contemplando mis manos que por momentos se mezclaba  con barro, sentía la textura el color café que se fundía con el moreno de mi rostro de algún modo resaltaba  mis rasgos y así me quedaba hasta que todo me volvía  azul, todo el mundo que estaba cerca de mí estaba azul y podía seguir con esa sensación  de que todo estará bien y me dejaba caer en el agua fría que derretía el impulso de seguir moviéndome.
    Pero anoche quise gritar contemplado mis ilusiones dicen que si  logro  formar con mis manos un gran demonio podre con mis armas moldear un humano, quiero moldear a mi humano, aquel que se extravié en las playas y se le pierda la memoria cada vez que cambia de piel, quiero que siente la frialdad en los labios y la dulzura en las manos, quiero dejar esta guerra, este cuartel, este mundo de estrategias, la mía es huir en cuanto sea posible. esta noche contemple mi ideas, esta noche descubrí que siempre va pasar lo mismo tanto en la realidad como en el mundo de los sueños, solo que duele igual, es casi como arrancarse los segundos de la piel, como destruir la poca contemplación, me voy destruir para poder conocer y contemplar el mundo que se  se mueve en los labios, el refugio del destructor, la calidez del viento, la ironías, y ganas de encontrar lo que busco, y saber que busco,  entender porque no lo puedo encontrar, es la historia de mi  vida
   Por tal razón me gusta los olivos, la esencia de vainilla y saber que algún día conoceré el mundo que me divide de la soledad. 
    


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