martes, 8 de marzo de 2011

Ya no siento eso que sentía, esa cercanía, esa sensación que podía tocarte aunque no estuvieras presente, aunque puede ser que  mi percepción  nunca fue en realidad eso, solo eran ideas mías, de esas veces que sientes algo que no es, o que nunca fue,  y eso lo verdaderamente triste, como el viento me juega bromas, y todo me cayo con frió en el cuerpo, como si me hubieran despertado de repente, como si mis neuronas hubieran estado dormidas tanto tiempo  por eso me duele la cabeza, por eso siento esa angustia que siempre evite sentir, no estaba en mis planes.  Ahora pase del insomnio de contar hormigas verdes que caminan con su propia fuerza y faltan a las leyes de la gravedad, a dormir con pensamientos oscuros, a no despertar entre tiempos, día, noche, madrugada,  porque cuando no duermo es porque me preocupo y pienso que si duermo pierdo el tiempo que podría ocupar en crear ese mundo que esta dentro de mi, ese mundo donde la oscuridad no es mal entendida,  ni las manifestaciones son grises, ni las fotografías estéticas de cuerpo inertes me chocarían tanto como lo hacen, ni el olvido seria fuente de mi esperanza,  ni sentiría esa profunda tristeza que tengo en el cuerpo, ese infinito dolor que se convierte en sueño, entre más triste estoy más duermo, menos existo y no recuerdo lo que sueño, y todas palabrería que podía inventar para disfrazar  lo que quiero decir ahora no me da la gana hacerlo, lo único que quiero es caminar  como los ríos nunca por el mismo camino, ser el agua que fluye entre los campos, el desierto, las montañas, las estrellas, la luna, ese espacio donde los pensamiento son dulces, quiero poder tocar la arena del desierto,  el agua  de las cascadas, solo quiero caminar a mi propio ritmo, mi propio ritmo nunca ha sido el de los demás, mi ritmo lo marca mi sangre, mi sangre que se mezcla con el sabor de la noche,  con la  sustancia de la locura, con el frio, con la ansiedad de no saber que sucederá, se funde con el atardecer de mi mirada, la noche que explota en el filo de mi espalda,  por eso ahora me voy entre las calles empolvadas, de esa piedras que no son uniformes,  esa fotografía  que se va  tatuando en el alma,  me voy,  que aunque me duela es así, y así sera, no se si algún día, algún día lo sentiré y sera de  verdad,  ahora me entrego jugando con el viento, con las nubes que caminan despacito en mi piel,  y te me dejo ir sentimiento ,  y yo me voy entre el agua que me lleva por los caminos que no me pertenecen, porque yo no soy de nadie y nadie es mio. 

No hay comentarios: